Ambos poemas son maravillosamente negativos. No creo que la negatividad sea necesariamente algo malo, en los casos de estos poemas es bastante hermoso. La autora analiza los temas mucho más allá de lo que la mayoría de la gente piensa en retratos y rosas. La belleza inicial de un retrato o una rosa se escudriña hasta que se vuelven vanidosos y feos. Me gusta mucho “A Su Retrato” porque así es como me siento con mi propio reflejo. Realmente no sabemos cómo somos y nunca lo sabremos. Es un pensamiento aterrador, pero también encuentro consuelo en él. Si me veo mal en una foto, sé que no es una representación real de mi apariencia. Además, llegamos a saber cómo son los demás. El único misterio es cómo nos vemos nosotros mismos. Pero, como demuestra la autora, no deberíamos preocuparnos por nuestro aspecto. Es un esfuerzo vano, inúti,l y sin valor. También disfruté mucho de "A Una Rosa" porque nos lleva a través del ciclo de vida de la rosa. Me pareció interesante cómo la autora